Las puntas son zapatillas especiales, que las bailarinas adquieren
cuando poseen la fuerza requerida en los músculos del pie y la
pantorrilla. Al principio de este proceso, las bailarinas sufren de un
intenso dolor en los dedos y articulaciones, pero con los años van
adquiriendo mayor fuerza y conocimientos que hacen que sus pies sufran
cada vez menos. La primera bailarina en subirse a la punta de los pies
fue Marie Taglioni en el ballet La Sílfide, en esa ocasión su padre la creo para ella.
El uso de las puntas de ballet en las estudiantes está programado hacia el final del primer año de ballet (Escuela Vagánova), cuando la musculatura ya se encuentra preparada.
Los ejercicios en esta etapa son muy básicos, limitándose a elevarse en
las puntas sobre los dos pies y siempre con la ayuda de la barra.
Después ya empiezan a hacer pasos más complejos como piruetas y saltos
sobre las puntas.
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